Mudanzas en temporada vacacional
Reunir cajas y bolsas para empacar, clasificar los objetos delicados, pedir ayuda a familiares y amigos para organizarlo todo y contratar una mudanza que lleve tus muebles de una casa a otra (incluso si se encuentran en diferentes ciudades), sin contar lo difícil que resulta desprenderse del que fue tu hogar, son las partes no tan agradables de una mudanza.
Aunque de vez en cuando los cambios son buenos y suelen venir acompañados de oportunidades para mejorar, cambiar de residencia puede ser estresante. Pero, ya que debes hacerlo, planificar cada paso y cada actividad involucrada con la mudanza puede ahorrarte tiempo, dinero, esfuerzo y estrés.
Por ejemplo (y aunque no lo creas), realizar la mudanza en temporada vacacional tiene varios beneficios. Créenos, vale la pena dedicar un par de días de tu descanso para cerrar bien el ciclo que termina e iniciar con el pie derecho el próximo en tu nueva casa. Otras de las razones son:
Es más fácil programar una mudanza durante las vacaciones: Como cualquier otra industria, las empresas de mudanzas trabajan de acuerdo con la oferta y la demanda. Dado que menos personas quieren mudarse de casa durante las temporadas de vacaciones, es probable que tengas muchas más opciones disponibles para programar la tuya. Asegúrate de hacerlo con varias semanas de anticipación.
El tráfico suele ser mucho más ligero: Una de las partes más estresantes de una mudanza es esperar a que llegue el camión, cuando por fin sales de tu antigua casa. Aunque es cierto que la puntualidad forma parte de la formalidad del operador, accidentes viales y, por sí mismo, el tráfico cada vez más denso y caótico pueden impedir el cumplimiento de la cita en un día normal. Durante las vacaciones el tráfico suele ser mucho más ligero, ya que la gente tiende a salir de la ciudad o pasar más horas en casa, haciendo más probable que tu camión de mudanza llegue a tiempo e incluso, que te puedan dedicar unos minutos extra sin generar costos adicionales en el servicio, en caso de requerirlo.
Tendrás tiempo y tranquilidad para instalarte en tu nuevo lugar: Las vacaciones te darán la tranquilidad de que, una vez que llegues a donde vas a vivir, podrás desempacar y organizarte sin contratiempos y sin preocuparte por asistir a trabajar pese al cansancio. Al contrario, podrás reponerte sin presiones una vez que termines de acomodarlo todo en tu nueva casa.
Podrás hacer que las fiestas enmarquen tu open house: Cuando te mudas durante las vacaciones decembrinas, la emotividad y la expectativa son mayores. Estar de vacaciones te permitirá ordenarlo todo a tiempo e invitar a tu familia y amigos a celebrar la cena de Navidad o de Año Nuevo para que juntos estrenen la cocina, el comedor y la sala de estar. Incluso si no has terminado de desempacar, poner el árbol y colocar sus regalos debajo puede hacer que tu nueva casa se sienta rápidamente como un dulce hogar, en el que no hay tiempo qué perder para generar nuevos recuerdos.
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