Riesgos de mudarte con fletes
Una mudanza significa una enorme cantidad de trabajo y una larga lista de detalles y pequeñas cosas que pueden salir mal. Por esto, en ocasiones, la transición de un hogar a otro puede resultar estresante, engorrosa y sumamente molesta. Lo ideal es que una mudanza sea una experiencia emocionante, algo que permita ver la vida bajo una nueva óptica y que ponga el acento en todo lo bueno que está por venir.
Aunque la experiencia puede ser complicada por todo lo que implica, los problemas, el caos y el estrés pueden empeorar si no se evitan ciertos errores, como hacer las cosas de prisa, no hacer un inventario, etcétera. Sin embargo, lo peor que puede ocurrir durante una mudanza es tener que lidiar con “expertos” que no sean profesionales. Si a quienes les encargas casi todos tus objetos personales y muebles son incompetentes, tu mudanza, lejos de ser placentera y emocionante, puede convertirse en el capítulo central de una novela de horror.
Contratar fletes, por tanto, es un riesgo muy grave que no se debe asumir. Habitualmente se piensa que un flete y una mudanza son lo mismo, pero existen diferencias entre estos dos servicios. La mudanza engloba transporte, protección de muebles, maniobras de carga y descarga, mientras que el flete sólo ofrece el traslado de los objetos.
Aunque reducir costos al momento de mudarse es muy tentador, no hay que olvidar ese dicho que dice “lo barato sale caro”. Sí, contratar a una persona que cuenta con una camioneta puede ser mucho más económico que buscar a los profesionales de las mudanzas, pero los resultados no serán óptimos.
El fletero no se preocupa por realizar tareas de embalaje ni de protección, sino únicamente por llevar los objetos de un lugar a otro. Esto quiere decir que no ponen especial cuidado en la manipulación de cajas y que nunca se hacen responsables por daños.
Aunque la experiencia puede ser complicada por todo lo que implica, los problemas, el caos y el estrés pueden empeorar si no se evitan ciertos errores, como hacer las cosas de prisa, no hacer un inventario, etcétera. Sin embargo, lo peor que puede ocurrir durante una mudanza es tener que lidiar con “expertos” que no sean profesionales. Si a quienes les encargas casi todos tus objetos personales y muebles son incompetentes, tu mudanza, lejos de ser placentera y emocionante, puede convertirse en el capítulo central de una novela de horror.
Contratar fletes, por tanto, es un riesgo muy grave que no se debe asumir. Habitualmente se piensa que un flete y una mudanza son lo mismo, pero existen diferencias entre estos dos servicios. La mudanza engloba transporte, protección de muebles, maniobras de carga y descarga, mientras que el flete sólo ofrece el traslado de los objetos.
Aunque reducir costos al momento de mudarse es muy tentador, no hay que olvidar ese dicho que dice “lo barato sale caro”. Sí, contratar a una persona que cuenta con una camioneta puede ser mucho más económico que buscar a los profesionales de las mudanzas, pero los resultados no serán óptimos.
El fletero no se preocupa por realizar tareas de embalaje ni de protección, sino únicamente por llevar los objetos de un lugar a otro. Esto quiere decir que no ponen especial cuidado en la manipulación de cajas y que nunca se hacen responsables por daños.
Si deseas que tu experiencia de mudanza sea lo más tranquila posible, ahórrate la molestia de tratar con los servicios de los fletes y busca una mudanza. Cotiza en línea con nosotros.
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